Con motivo de la 5.ª edición del concurso internacional Mixed Media organizado por Pébéo, entrevistamos a Yandy Graffer, ganador del 1.er premio.
¿Puedes presentarte a ti mismo y tu práctica artística?
Soy Abrahan Portocarrero, alias Yandy Graffer, nací en 1992 y soy de Lima, Perú. Comencé con el grafiti en 2006. En ese momento, usaba sobre todo aerosol, antes de lanzarme a la pintura de murales a gran escala. Posteriormente, mi formación en la Escuela de Bellas Artes de Lima me permitió interesarme también por la xilografía. Desde entonces, la madera ha sido uno de los materiales que más me gustan. Mi trabajo en el estudio es precisamente la síntesis de todo lo que he podido aprender y descubrir durante mis años de práctica artística. Me inclino cada vez más hacia la combinación de materiales. De hecho, ese trabajo de técnicas mixtas es el que encontramos en la obra El futuro del fin de los tiempos. Mi estilo es expresivo y colorido. En él se puede observar una supremacía de la línea y de los contornos. Desde hace algún tiempo, estoy centrado en un nuevo universo, volcado hacia una reflexión personal sobre el sentido de la vida.
Tu universo, a través de los personajes representados y los colores utilizados, es una verdadera invitación al viaje. ¿De dónde sacas tu inspiración como artista?
Mi principal inspiración es y seguirá siendo Perú, así como toda la vida que he tenido allí. Mi infancia y mis recuerdos son elementos recurrentes en mis obras. Por ejemplo, podemos encontrar muchas alusiones al mundo marítimo, ya que vengo de una familia de pescadores. Además, creo que ha tenido un gran impacto en mí el aspecto cosmopolita de Lima, que también encuentro en lo más profundo de mí. Soy una persona multicultural debido a la trayectoria de mi vida. Tengo cultura peruana que proviene de mi juventud pero también me he integrado en todas las tradiciones que forman la cultura francesa. Esto se debe a que vivo en Lyon desde hace cuatro años. También me inspira mucho la música urbana y, sobre todo, su evolución desde los inicios hasta la actualidad: reggae, reguetón, hip-hop, todo lo que esté relacionado con la música de inspiración africana. Por último, y creo que se trata de una parte que observamos mucho en mis últimas obras, me inspiro mucho en el arte, la cultura y el anime japonés. En mis estudios de grabado en Bellas Artes, comencé a estudiar la historia de la estampa japonesa y quedé inmediatamente fascinado. Al final, ya sea por mi infancia y las películas de animación que veía, por mis estudios o por mis futuros proyectos, todo termina vinculándose con Japón, de forma casi inconsciente.
¿Qué quieres expresar a través de tu trabajo?
Sobre todo, pretendo dar a conocer mi identidad como persona. Ya sea mi infancia, mi vida pasada en Lima, mis pasiones... todas mis obras son clave para entender mi personalidad. Son, cada una a su manera, una parte real de la vida de Yandy. Basándome en eso, he creado un personaje que me representa, es mi alter ego. Él es lo que soy, lo que aspiro a ser y lo que amo. Este personaje es el pescador artesanal. Esto significa mucho para mí porque me lleva a mi familia, a mi abuelo que era pescador en Perú. Este pescador, más allá de ser una representación de mí mismo, es una alegoría de mi pasado, de mi presente y de mi futuro.
¿Qué te llevó a presentarte a este premio?
En primer lugar, utilizo muchísimos productos Pébéo. Además, me sedujo el hecho de que este concurso esté abierto a artistas que utilizan técnicas mixtas, como yo.
¿Puedes hablarnos de la obra El futuro del fin de los tiempos, la obra que se presentó al premio?
Esta obra para mí se trata de la representación misma de la evolución de la vida. El personaje femenino representa a mi hija, Luz. Esto ya marca una etapa muy importante de mi vida, y de mi evolución como persona, pero sobre todo como padre. Ella tiene el pie en un reloj: es la dueña del tiempo. De este reloj sale un destello que parece propulsar las materias de vida (pequeñas formas esféricas con ojos, boca, etc.), que también evolucionarán con el tiempo. A través de este personaje, quise ilustrar el hecho de que el tiempo es un elemento central de la vida. Si el tiempo se detiene, ya no puede haber futuro y, por lo tanto, ya no hay evolución. El hecho de que ella sea la dueña significa que ella es el futuro. Junto a ella se encuentra el personaje del pescador, el cual me representa tanto a mí como a mi identidad personal con mi forma de vestir: mis gafas de sol futuristas y todo lo que puede expresar mi identidad propia. Es mi alter ego. Asociados a Luz, estos personajes simbolizan la esperanza, la vida. Sin embargo, Luz rompe el reloj en el que está apoyada, por lo que detiene el tiempo. Esa ruptura del tiempo permite la aparición de una entidad superior: entra la forma del sol. Los tres personajes que siguen son referencias a mis recuerdos. Pertenecen a los ámbitos del sueño y del ideal. Son el fruto de mi imaginación. Por último, esta obra es la unión de dos universos: el primero basado en mi vida y cercano a la realidad, y el segundo inspirado en mis sueños y en mis recuerdos. Que se pare el tiempo sumerge a todos estos personajes en una misma dimensión, en la que finalmente pueden encontrarse y comunicarse.
Ya has participado en muchos eventos en Perú y más recientemente en Lyon, ¿qué te gustaría en un futuro?
Me gustaría sumergirme aún más en el mundo del arte y poder evolucionar realmente en ese ámbito. También me gustaría acercarme todavía más al mundo de la estampa japonesa, con por qué no un viaje a este país y una colaboración con algunos artistas. Por último, me gustaría mucho poder hacer más exposiciones en París y en todas las capitales del mundo. Al proceder del pluriculturalismo, aspiro de verdad a descubrir cada vez más culturas, costumbres y técnicas artísticas.
Más información en la cuenta de Instagram de Yandy Graffer.