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historia de Pebeo

Historia

1919: El nacimiento de Pébéo, un boceto prometedor

La historia de Pébéo comienza en 1919, en la Provenza. Su fábrica está en Saint-Marcel, al este de Marsella, y se abastece gracias al Canal du Béal, un motor que impulsará a esta joven empresa con una veintena de empleados. Esta empresa química francesa empieza denominándose “La Pébéo”, por la molécula utilizada para la producción de pintura: el protóxido de plomo, conocido como “Pbo”. En aquella época, las pinturas listas para usar aún no habían nacido: los pigmentos solo existían en forma de polvo y estaban destinados exclusivamente a profesionales.
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1922: La llamada del color

El año 1922 marca un primer punto de inflexión para Pébéo con la llegada de Claudius Chaveau. Originario de Lyon, donde estudió Química, Claudius Chaveau se inició en la industria de la seda familiar y después en los laboratorios de los hermanos Lumière. Era un joven ingeniero visionario, y eso propició que el administrador de La Pébéo (Dubost) le contratara. Al cabo de unos pocos años ya se había convertido en su director general. Impulsado por la superación científica y la inventiva al servicio de la creación, Claudius Chaveau infundió en la joven empresa sus valores fundamentales, transmitidos de padres a hijos a lo largo de las generaciones.

1927: La prosa de los colores

Cada mañana, con el chasquido de las correas de las ruedas hidráulicas, se pone en marcha la fábrica de Marsella: los bloques de barita se reducen a un polvo tan fino que se vuelve casi impalpable. Ingenio alquímico: bajo el peso de las pesadas muelas de pórfido tiene lugar la magia del color. De manera lenta y concienzuda, los monstruos de la máquina mezclan, trituran y dan brillo a los pigmentos y la barita, transformándolos gradualmente en colores homogéneos y vibrantes. También es la era de las tintas flexográficas y de la masilla, destinadas respectivamente a la impresión de envases de café y para boticarios, cristaleros y pintores de casas. Su producción se detuvo al inicio de la Guerra, sobre todo por falta de materia prima, porque su producción respondía sobre todo a la demanda de los clientes de antaño, con una proximidad con el público que sigue siendo el punto central de la filosofía de Pébéo.
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1929: El sentido del descubrimiento

En los albores de la década de 1930, cuando la pintura todavía era un oficio de artesanos, Pébéo se centró en la investigación. Claudius Chaveau equipó la planta con nuevos procesos de fabricación que le permitirán sortear los riesgos de la especulación sobre el precio del plomo metálico. Todas las antiguas manufacturas son sustituidas por los de pigmentos “amarillo y naranja de cromo”, un pigmento de alta densidad que no existía hasta entonces en la paleta de los pintores, y que se convertirá en una herramienta imprescindible de la pintura impresionista. También hicieron su aparición los pigmentos y lacas de cadmio, así como la molienda de colores en polvo destinados a la industria de los pintores de casas. Al mismo tiempo, Claudius Chaveau se propone crear pinturas resistentes a condiciones extremas. Para ello, estudia la resistencia de los pigmentos en una atmósfera salina, expuesta a la luz solar y bajo el agua. Todos estos ensayos, aunque no fueron concluyentes, permitirían a la empresa desarrollar productos para su uso en señales y en publicidad.
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1934: Color listo para llevar

Durante siglos, los artistas y artesanos habían preparado sus propios colores a partir de los pigmentos que fabricaban las pocas casas de pinturas que había. Este proceso era largo y restrictivo. Consistía en empastar los colores, dejarlos infundir y, una vez diluidos, pasarlos por un tamiz. Sin embargo, este método requería mucho tiempo (desde la dosificación hasta el aglutinado) requería una gran delicadeza, era aproximado y no existían medios de conservación. En 1934, Pébéo desarrolló los primeros colores "listos para usar" y, con este proceso, provocó una verdadera revolución. Originalmente destinados a la pintura de casas, los tubos de pintura al óleo permitieron a los negocios de antaño exhibir sus colores en las calles del país y a Pébéo forjar su reputación. Estos tubos "listos para usar", disponibles en 15 exclusivos colores, conquistaron rápidamente a los artistas y, sin saberlo, Pébéo entró en el mundo del arte.
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1935: La era de los pigmentos orgánicos

Los pigmentos orgánicos (de síntesis) surgieron a lo largo del siglo XIX y fueron reemplazando gradualmente a los pigmentos minerales. A partir de 1935, La Pébéo redirigió su negocio hacia esta química del futuro, y la fábrica de Saint-Marcel se impregnó del aroma del β-naftol. El vapor entraba en los calderos de la empresa, donde se destilan alquitrán de hulla, benceno, naftaleno y antraceno para convertirse en pigmentos orgánicos: de esta forma nace una amplia gama de colores. El año 1935 también presagia el comienzo de la aventura familiar, cuando el joven Robert Chaveau descubre los entresijos de la profesión siguiendo los pasos de su padre Claudius. Es cierto que no es capaz de controlar el pesado mortero y acaba manchándose el delantal de pintura, pero esta primera experiencia es suficiente para despertar su pasión por el color, sellando así su destino con el de la empresa.
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1940: Color para todos

Cuando estalló la guerra, toda la industria sufrió una escasez de materias primas. Con la ayuda de su amigo Mario de Andreis, que le dio la idea, Claudius Chaveau combina la química y la artesanía y consigue desarrollar las primeras pastillas de color. Al no requerir tanta materia prima, este proceso en seco es sinónimo de nuevos horizontes para Pébéo. Pensadas para niños, estas pastillas se presentan en forma de paletas de cartón en miniatura o en pequeñas cajas metálicas, que marcarán a toda una generación.
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1948: Tabletas, gouache y acuarela

El comienzo de la década de 1950 fue sinónimo de una nueva aventura para Pébéo, que introdujo su gama escolar. Desde la formulación hasta la fabricación, la empresa consigue así un proceso químico completamente nuevo. Ricas en pigmentos y con una textura y un rendimiento notables, las tabletas de colores son un verdadero éxito. Van rápidamente seguidas por las pinturas gouache en tubo, para el deleite de los estudiantes y profesores de dibujo. En ese mismo momento, Pébéo invirtió por primera vez en la pintura con acuarela, desarrollada con la asistencia técnica y artística del acuarelista Charles Blocteur.
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1949: Vanguardismo

En su búsqueda del color, Robert Chaveau comienza su viaje iniciático en Péano, un lugar emblemático de Marsella, donde pintores de renombre se codean con artistas emergentes. Allí conoce a Pierre Ambrogiani, René Seyssaud o incluso a Jean Saussac. En contacto con ellos, Robert desarrolla una nueva fórmula, en línea con sus necesidades: la "Supertémpera". Al ser flexible de usar, rica en pigmentos, de secado rápido y con una textura parecida a la del aceite, la “Supertémpera” convence rápidamente a muchos pintores. Sin embargo, el éxito comercial no acompaña y, víctima de su vanguardismo, la marca se ve obligada a abandonar su desarrollo. Hasta 29 años después no apareció en el mercado un producto similar: la pintura acrílica.
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1950: El despertar de Pébéo

Claudius Chaveau conoce a Célestin Freinet, maestro e iniciador de la Escuela Moderna, cuya pedagogía se basa en el despertar del niño. Este último había intentado pegar colores en polvo con goma arábiga, había intentado plastificarlos o incluso diluirlos añadiendo un producto lavavajillas. Cuando se cansó de no obtener el resultado esperado, se dirigió a la fábrica de Pébéo para reunirse con su gerente. Juntos, imaginan un nuevo tipo de gouache: un gouache líquido. Al ser más elaborado que su versión en polvo, también es mucho más práctico de usar, porque no requiere preparación. Además, se envasó en botes grandes, por lo que se adaptaba perfectamente a las clases de pintura y a la emblemática libertad de expresión de la Escuela Moderna. El diálogo iniciado entre los dos hombres no se detendría jamás: su colaboración originaría el despertar artístico de miles de escolares y sería determinante en la historia de Pébéo.
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1952-1953: El mundo del color fino

En 1952, una nueva reunión selló el destino de Pébéo. Armand Drouant, renombrado pintor y galerista, también fabricaba bellas pinturas al óleo. Sin embargo, a pesar de que artistas como Braque, Gromaire, Soutine, Buffet y Van Dongen exponían sus obras en su galería parisina, se vio obligado a cesar su actividad industrial. Al hacerse cargo de su fábrica, Pébéo adquiere sus conocimientos y accede a los secretos de ese universo. “Después de molerlo con batidoras manuales, el color se refina en trituradoras tricilíndricas: su finura es proporcional a la presión ejercida sobre los cilindros y al número de pasadas. También se debe someter a controles de calidad, tanto durante la fabricación como antes del envasado". Desde el momento en que adquiere las batidoras y trituradoras de granito, Pébéo finalmente puede desarrollarse en el sector del color fino. A partir de 1953, se introdujo el gouache “Fragonard” extrafino de aceite, seguido de la gama de barnices Beaux-Arts. El año 1953 también marca la incorporación de Robert Chaveau, quien se une oficialmente a la empresa. Una de sus decisiones fue enriquecer la gama de pigmentos orgánicos, inaugurada unos años antes. Su entusiasmo por el color marcaría la historia de la casa: de su fabricación, hablaba de un “abrazo amoroso”, donde “las soluciones filtradas y coladas (...) se funden entre sí para convertirse en pigmento”.
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1960: La aventura textil

El año 1960 vino acompañado de una nueva revolución en Pébéo, con el lanzamiento de la gama de pinturas para telas: “Setacolor”. Hasta entonces, había muy pocos productos en esta área y no estaban lo suficientemente desarrollados. Al adaptar las pastas de estampación que se utilizaban entonces en la industria textil, Pébéo se convirtió en un virtuoso del color para tejidos y su producción llegó incluso a las islas del Pacífico. Bajo la brisa de los vientos alisios, los colores brillantes de Pébéo, tachonados de lentejuelas, nácar y fluorescencia fascinan a las mujeres tahitianas, que los usan para adornar sus pareos. Es la consagración de la fotosolarización, un proceso que consiste en aplicar un color diluido sobre un velo de algodón estirado, antes de aplicar capas con varios patrones. Al exponerlo todo al sol, los estampados aparecen en tonos pastel negativos, que contrastan con las superficies expuestas al sol y saturadas de colores.
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1961-1965: El descubrimiento de la materia

Estimulados por el deseo de diferenciarse de la competencia, los laboratorios Pébéo duplican su imaginación y su inventiva: gouache ultraconcentrado para diluir, gouache de dedo (“Tactilcolor”), rotuladores para dibujar, o incluso pinturas de colores “primarios” (inspiradas en el principio de tres colores de Isaac Newton). A estos nuevos productos les siguen los rotuladores recargables, que entusiasman tanto a artistas aspirantes como consagrados, por ejemplo, el pintor estadounidense Gordon Onslow Ford, quien incluso llegó a ir a la fábrica para felicitar a Robert Chaveau por la resistencia de los colores a la luz. En aquella época, Pébéo no dejó de estudiar la materia, tratando de comprender sus propiedades, hasta que logró imitarla. Esta pasión inequívoca llevará a los químicos que trabajaban en la empresa a lograr una serie de proezas de fuerza en las prácticas ancestrales de la cerámica y el cristal. Fascinado por las técnicas que descubrió en los talleres del pintor y ceramista Salvado, Robert Chaveau desarrolló las primeras pinturas cerámicas de La Pébéo, cuya resina excepcionalmente dura proporciona capas de fondo, cubiertas y relieves muy decorativos. Los siguientes productos fueron una serie de colores y barnices para vidrieras, también inspirados en un encuentro casual. No muy lejos de la fábrica de Saint-Marcel, un tal Chauvel, conocido como Hermano Antonio, se reunió con Claudius Chaveau y le comenta que busca una solución ingeniosa y económica para las vidrieras de su iglesia en La Valbarelle. La colaboración entre los dos hombres conduce al desarrollo de una nueva gama, que Pébéo incorpora a su cartera de productos.
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1969: La conquista gráfica

A medida que aumenta su departamento de productos escolares, La Pébéo quiere mejorar el manejo de sus rotuladores y busca asesoramiento de un sector en auge: el de los estudios gráficos. Claude Merle, impresor, fotograbador y creativo de mucho talento, anima a la casa a crear un departamento de Artes Gráficas. Esta colaboración dará lugar a numerosas innovaciones como la tinta de dibujo, la tinta china o el famoso "Drawing-gum", una novedosa goma para dibujar que ha mantenido su éxito en varias generaciones. También fue el debut de la gama para el retoque fotográfico en color y en blanco y negro, que alcanzó su punto máximo en la década de 1980.

1970: La Pébéo se convierte en Pébéo

En esta nueva década, Pébéo mantiene su esencia, pero pierde su La. Es el momento de la renovación. Así como la artesanía había dado paso a la química avanzada, el marketing fue ganando terreno y los vientos de la globalización impulsaron a los gerentes a pensar un nuevo nombre para la empresa. Identificada hasta entonces con una figura femenina y un asunto familiar, la nueva identidad de marca permite a Pébéo aumentar su visibilidad y traspasar sus fronteras.
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1975: Un crecimiento razonado

Pébéo supera la barrera de los cien empleados y llega el momento de reestructurar su actividad. Ante el auge de la competencia internacional, la casa opta por poner fin a la fabricación de pigmentos y concentra sus esfuerzos en profundizar en su gama de Bellas Artes. Las innovaciones continúan con la acuarela extrafina. Rica en pigmentos, ofrece una dilución y flexibilidad excepcionales. Su efecto de color "húmedo" es un éxito inmediato.
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1977: Pionero del Made in France

Nacida en México en la década de 1950, la pintura acrílica es el resultado de una colaboración entre químicos y pintores en busca de una pintura flexible y resistente a los rayos UV que permitiera pintar frescos con mayor facilidad. Al diluirse en agua y gracias a que se seca muy rápidamente, el acrílico libera al artista de todas las limitaciones, por lo que ahora puede dar rienda suelta a su creatividad. Siguiendo la nueva línea moderna y dinámica de Pébéo, no es de extrañar que la casa se embarque en su producción. En 1977, Pébéo ofrece el primer acrílico producido íntegramente en Francia, consolidándose como pionero del Made in France. Su presentación va acompañada de un concurso nacional: el Premio Acrylic, que permitirá descubrir artistas como Gérard Lainé, Jean Gasnault, Nicole Bottet y Jean-Jacques Surian.
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1981-1983: El punto de inflexión internacional

La empresa ya se había establecido en los países francófonos y de la cuenca mediterránea, donde su oferta escolar era muy popular, pero la década de 1980 abrió nuevas perspectivas para Pébéo: el espíritu de la época es el desarrollo internacional. La llegada de Eric Chaveau (hijo de Robert y nieto de Claudius) a la empresa marcará un punto de inflexión en la presencia internacional de Pébéo. Después de estudiar ingeniería química y Gestión de empresas, se propuso desarrollar la estrategia de exportación de la compañía. Su ambicioso objetivo sería un éxito: en pocos años, Pébéo logró construir una red de distribución fiable, adaptando su oferta a diferentes países, sin comprometer sus valores ni la calidad de sus productos.
Esa época estuvo marcada por un crecimiento internacional exponencial, donde el 40 % de la producción se destinaba a la exportación. La ambición por generar una dinámica duradera en torno a Pébéo llevó a la creación de filiales en Dinamarca, Italia y Estados Unidos.
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1989: Nueva sede y nuevos horizontes

El departamento de exportación se expandía, lo que hacía que los laboratorios de Pébéo estuvieran trabajando sin descanso. El éxito de la oferta de Pébéo en todo el mundo y la tasa de producción sostenida resultante obligaron a la empresa a rediseñar sus muros. El legado de Pébéo está en Saint-Marcel, pero su futuro estará en la localidad de Gémenos. Diseñada por el arquitecto Maurice Sauzet, la nueva sede de Pébéo está inspirada en la arquitectura japonesa. Constituye una ventana a Gémenos y al mundo, y refleja la modernidad y los valores innovadores de la empresa. Diseñados en torno a la calidad del trabajo y de vida, la calidad de sus diseños dio un nuevo impulso a Pébéo.
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1993: Innovación e investigación

Para Pébéo, la década de 1990 comenzó con el premio a la innovación Namta, por al primer tubo de plástico transparente en formato de 100 ml, destinado al envasado de acrílico. Al mismo tiempo, otro gran avance está revolucionando la industria: la informática. Muchos de los productos distribuidos quedan obsoletos, lo que lleva al cierre del departamento de gráficos de Pébéo. Tan apegado a las técnicas ancestrales como a la investigación de vanguardia, el laboratorio de Pébéo fue seleccionado para el programa de investigación de la Comisión Europea “Crisatel”. Junto a los laboratorios del Louvre y la National Gallery de Londres, Pébéo participa en el diseño de un sistema de gestión y almacenamiento de imágenes de alta definición, que ahora permite un acceso no destructivo a las capas pictóricas de valiosas obras de arte.
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1995: Tradición y renovación

Al frente de la empresa, Eric Chaveau sucede a Robert, su padre. Su lema estará más dedicado que nunca a la innovación y la creatividad: “No nos da miedo correr riesgos. Los artistas asumen más riesgos que nosotros, y nosotros tenemos que estar a la altura de sus sueños”. Pébéo se convierte así en el líder francés del color para las artes, la educación y el ocio: anualmente, la marca produce ya 1500 toneladas de pintura, en forma de 3500 referencias, 10 millones de tubos y el mismo número de botes. El año 1995 también marca la inauguración de la segunda planta en Gémenos, que, entre sus 5000 m2, alberga un laboratorio de última generación. Por su parte, el antiguo recinto se transforma en zona de exposición de la cartera de productos y en ella se establece un espacio de arte contemporáneo que permite a la casa desarrollar sus acciones de patrocinio.

1996: L'Estivale Pébéo

Impulsada por el deseo de darle vida al arte y hacerlo viajar, la empresa invita por primera vez a estudiantes de escuelas de arte de todo el mundo. Reunidos en torno a un tema común, la casa les ofrece un medio de expresión único: los contenedores. El evento, L'Estivale de Pébéo, tiene lugar en vivo a lo largo de 3 días, en las playas de Escale Borely, en Marsella. Las obras de arte “flotantes”, portadoras de esperanza y mensajeras de creatividad, viajan por todos los continentes, desde Marsella a Hong Kong, pasando por Hamburgo, Abiyán o Bora Bora. El mismo año, Pébéo recibió el premio Cézanne de logística por la revisión completa de su cadena de transporte, optimizando su eficiencia en un 60 %: las 6000 referencias existentes ahora se enviarán desde la empresa matriz.

2000-2005: Pébéo y el sol naciente

Ante la demanda, y para adaptarse a un mundo con distancias cada vez más reducidas, Pébéo pone en marcha una nueva unidad de producción en Túnez, en la región de Zaghouan, que participa en el envasado y montaje de los productos fabricados en Gémenos. Gracias a este nuevo departamento, los productos de la gama escolar, que constituyen los cimientos de la historia de Pébéo, pero cuya rentabilidad empezaba a decaer, pueden seguir deleitando a estudiantes de todo el mundo. Esta dinámica internacional se materializa con la creación de un centro de producción en Kunshan, una localidad a 50 km de Shanghái, con el mismo modelo que la planta sede de Géménos. La planta en China fue un éxito y, en 2005, Pébéo recibió los honores de su ciudad adoptiva de Kunshan. Perfectamente optimizados y diseñados a escala humana, estos nuevos puntos de anclaje conducen al desarrollo de productos que se han convertido en emblemáticos, como las cajas “Atelier”, la gama “Arti'stick” o incluso “Touch”, un bolígrafo con múltiples soportes cuyas variantes de cristal, brillo, volumen, perla y metal ofrecen un sinfín de aplicaciones. A pesar de esta expansión internacional, Pébéo no abandona sus raíces: su inmersión en el mundo de las artes, en el corazón de la cuenca de Marsella. En 2003, la casa contribuyó así a la fundación de la asociación “Mécènes du sud” (Mecenas del sur), cuyo objetivo es ofrecer, a través de una acción colectiva innovadora, ayudas alternativas a los proyectos artísticos. Convencido de que la creación contemporánea alimenta el imaginario colectivo y la innovación, Eric Chaveau se convirtió en presidente en 2005.
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2007: La coronación de Pébéo

Para Pébéo, el 2007 fue un año de distinción. Fue elegida la mejor pyme francesa consagrada en China, y también está etiquetada con el sello "Entreprise du Patrimoine Vivant", una marca de reconocimiento del estado francés que premia a las empresas galas por su saber hacer artesanal e industrial. Para la casa, esto supone un reconocimiento a los 80 años de calidad e innovación al servicio del arte y la creatividad. También sirve para honrar a los hombres y mujeres que han contribuido al éxito de Pébéo, entusiastas insaciables que se esfuerzan por crear mucho más que pigmentos.
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2009: Innovaciones al servicio de la imaginación

Esta época trae consigo una nueva tendencia: la decoración de interiores. Hasta entonces estaba reservada para un público especializado, pero Pébéo contribuye a su democratización a través de la gama “P.BO Déco”. A medio camino entre las manualidades y las técnicas tradicionales, los colores ultracontemporáneos, como los kits innovadores e intuitivos, atraen a aficionados y entusiastas, permitiéndoles invertir en la decoración de sus espacios interiores de una manera sin precedentes. En la búsqueda perpetua de los colores del mañana, Pébéo sigue reinventándose. Los colores DYNA, introducidos en 2009, son un ejemplo perfecto. Puesto que reaccionan a la luz, sus pigmentos innovadores ofrecen brillo y dinamismo, para una modernidad mucho mayor. Están disponibles tanto en óleo como en acrílico y seducen incluso a los más grandes artistas, como Robert Combas, que elogia su versatilidad (ver su entrevista aquí). De fabricante de colores, Pébéo se convirtió gradualmente en fabricante de artistas. Pébéo ya ha dejado su huella en el mundo del arte y ahora está incrementando sus acciones de patrocinio y mecenazgo, a través de la organización y participación en eventos como la Cow Parade (2007), la Affordable Art Fair de Pekín (2008), o el Pébéo Bus, que acudió al encuentro de estudiantes de escuelas de arte españolas (2009).
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2011-2018: Una década de investigación y mecenazgo

Cuando Antoine Chaveau asume la gerencia de Pébéo, lo que supone la cuarta generación, la compañía se enfoca más que nunca en los artistas contemporáneos, multiplicando sus colaboraciones, sus acciones de patrocinio, y la organización de concursos y eventos. Pébéo es mecenas de Monumenta en el Grand Palais, pero también de Louvre.fr, con lo que persigue su vocación educativa. Para ello, desarrolla ocasionalmente módulos educativos, como de descubrimiento de obras, de iniciación a la creación y de técnicas artísticas. El espacio Pébéo se inauguró en Géménos en 2012. Este lugar constituye un homenaje vivo a los colores y a quienes los crean, está dedicado a la mediación cultural y supone una inmersión en los inventos, la historia y el talento de Pébéo. En los años siguientes, Pébéo invitó a artistas como el japonés Tomosuke Nakayama (2014), o a Yigit Yazici, pintor de Estambul, para instalarse allí su residencia (2015), en la fuente del color. En 2013, Marsella fue elegida Capital Europea de la Cultura. En esta ocasión, Pébéo da la bienvenida a Marie Angeletti, que se sumerge en el corazón de la empresa durante casi seis meses. Concebido como un puente de imágenes entre las sedes de Géménos y Kunshan en China, el trabajo de la artista se centra en el factor humano de Pébéo, invitando a sus empleados a involucrarse en el proceso creativo de un trabajo colaborativo y autónomo. Pébéo, cuyo mecenazgo ha traspasado fronteras, inaugura un espacio dedicado a la pintura en Londres en 2014 e invita a artistas de todo el mundo a descubrir los nuevos productos patentados de Pébéo. Las gamas "Fantasy Prisme", "Fantasy Moon" y "Mixed Media" se crearon en este momento, al igual que el "4Artist Marker", una oferta de versatilidad única que vuelve a ser premiada por la asociación Namta (2014) por su carácter innovador. A través de estas gamas multimedia, la empresa vuelve a superar los límites de la creatividad, poniendo su experiencia y sus conocimientos en química al servicio de la imaginación del artista. Contrariamente a la compartimentación de las técnicas de antaño, estas novedades se enfrentan a procesos totalmente novedosos y un número infinito de aplicaciones, donde la pintura se retrae, se distiende y se contorsiona en un juego de color y textura nunca antes visto. Las resinas de cristal, las pinturas para cristal, los engastes plomados, el pan de oro, los colores con efecto opalescente, de transparencia o de brillo, en superposición o en relieve ofrecen un viaje al corazón de los colores, materiales y sensaciones. Hay tantas posibilidades que la creación de estas gamas conduce al lanzamiento de una revista específica, así como al concurso anual “Mixed Media”, inaugurado en 2016.
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2019: Colores que resisten el paso del tiempo

En este año 2019, Pébéo celebra un siglo de experiencia, colores e innovaciones al servicio del arte, la curiosidad y la creatividad. Un siglo dedicado a reinventarse y traspasar los límites, con el único objetivo de levantar pasiones, despertar los sentidos y abrir las mentes al color, los materiales y las formas. Con su condición de mecenas y patrocinador, es lógico que este histórico aniversario haya llevado a Pébéo a organizar un concurso internacional. El evento, que registró más de 1500 inscripciones, culminó con una semifinal en París, una final en Londres y una exposición itinerante por todo el mundo. El concurso incluyó una sucesión de manifestaciones artísticas en las calles de Londres, desde el distrito de Brick Lane hasta Shoreditch, a cargo de una serie de artistas contemporáneos de renombre internacional invitados por Pébéo. Esa zona se trata de un terreno de juegos único y un lugar destacado para el arte callejero. Alberga las obras de Frak One y Said Dokins, quienes presentan su trabajo inspirado en la caligrafía, así como un mural de Frank Pelegrino y Ludovilk Myers, que trabajan juntos por primera vez. El artista coreano Young-Sung Kim está organizando allí una conferencia sobre su práctica del hiperrealismo, mientras que Nancy Wood ofrece una inmersión en el corazón de su técnica con la resina. Para Pébéo, el año 2019 también constituye una oportunidad para perfeccionar su vocación pedagógica. Presentada por Fred, del canal BeauxArts.fr, la “Academia de Arte Pébéo” hace su debut en Youtube. Los consejos, los trucos y los tutoriales forman un panel de videos destinados tanto a artistas consagrados como a entusiastas. Para Pébéo, este centenario se celebra bajo el signo del desarrollo sostenible. Apoyando a los artistas de hoy y del mañana, la casa crea una arcilla de modelar 100 % natural y sus primeras tintas vegetales orgánicas. Son inocuas para los niños y respetuosas con el medioambiente, formuladas a base de pigmentos vegetales y minerales procedentes de agricultura ecológica, que no usa organismos genéticamente modificados. Además, no tienen gluten ni disolventes, y son 100 % veganas. Pébéo ahora está más decidida que nunca a poner su experiencia industrial al servicio del arte, la curiosidad y el desarrollo individual, por lo que ahora se vuelca en su dinámica del futuro, con una historia que han escrito las manos de todos los apasionados de la pintura.
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2020: Medio de vertido definitivo

En 2020, Pébéo lanzó su gama Ultimate pouring medium, una innovación desarrollada con la artista Nancy Wood, inventora de esta técnica. Tras años de búsqueda de su propia receta, la artista, con la ayuda de los equipos de Pébéo, pudo desarrollar una fórmula que produce efectos únicos pero controlables en 20 colores brillantes, fluorescentes y metalizados. Este resultado garantizado va de la mano de la ambición de poner el Fluid Art al alcance de todos. Ya están disponibles en línea una clase magistral y tutoriales para ayudarle a dominar esta técnica.
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2021: Concurso de técnica mixta Pébéo

La 5ª edición del concurso Pébéo Mixed Media, que desde 2016 contribuye a descubrir talentos franceses y extranjeros en el panorama del arte contemporáneo, se centró en 2021 en el arte urbano. Organizada en colaboración con el centro de arte Fluctuart, esta edición demostró el dinamismo de este movimiento, amante de las técnicas mixtas desarrolladas por Pébéo. 2021 también estuvo marcada por la llegada de Antoine Chaveau como responsable de ventas para el mercado francés, tras nueve años dedicados a la exportación en Pébéo.
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5ª edición

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